Pobreza Energética

La pobreza energética (PE), también reconocida a través de términos como “pobreza de combustible” (PC) y “vulnerabilidad energética”, ocurre cuando los hogares no son capaces de mantener unas temperaturas mínimas de confort térmico o de tener servicios energéticos disponibles o a un costo asequible. También se ha vinculado con la incapacidad para realizar actividades esenciales como resultado directo o indirecto de un acceso insuficiente a servicios de energía asequibles, confiables y seguros.

En Chile la Red de Pobreza Energética ha declarado que es energéticamente pobre todo hogar que no tenga acceso equitativo a servicios energéticos de alta calidad (adecuados, confiables, seguros y libres de contaminación intradomiciliaria) para cubrir sus necesidades energéticas fundamentales y básicas, las cuales permitan sostener el desarrollo humano y económico de sus miembros.  Este fenómeno ha atraído la atención de la comunidad científica y la sociedad en las últimas décadas, debido a sus implicaciones políticas y sociales.

En los países pertenecientes a la OCDE, como Chile, donde la cobertura eléctrica es cercana al 100%, la mayoría de familias tienen garantizado el acceso a este tipo de energía. En este contexto, el problema es otro, a las familias no les es posible pagar por la energía básica requerida, como la que se necesita para mantener la vivienda bajo las condiciones térmicas adecuadas y el consumo de leña es muy alto  para calefacción lo que genera importantes problemas de contaminación (el 80% de los hogares usan leña en el sur de Chile ya que puede ser entre 4 y 7 veces más económica que otros combustibles).

En Chile, el acceso a servicios energéticos básicos significa un gasto importante para las familias en muchas viviendas y, en consecuencia, el grupo familiar no puede cubrir determinadas necesidades, como la calefacción (en artefactos ineficientes) y la ventilación de las viviendas para asegurar la comodidad térmica o la disponibilidad de agua caliente sanitaria. Por ello, se estima que en el 76% de las viviendas la temperatura interior durante las estaciones de invierno y verano no es la adecuada. Además, casi el 20% de las viviendas no tiene agua caliente por cañería.

El documento más reciente sobre PE en Chile es el elaborado por la Red de Pobreza Energética (RedPE) titulado “Acceso equitativo a energía de calidad en Chile. Hacia un indicador territorializado y tridimensional de pobreza energética”. Según este, en Chile es importante tener en cuenta que el gasto en energía no es sinónimo de satisfacción de necesidades energéticas ni de confort, la alta desigualdad económica del país demanda la construcción de umbrales de gasto excesivo y sub-gasto ajustados a su realidad, la diversidad climática y de fuentes de energía implican distintas necesidades energéticas y tecnologías para satisfacerlas, la noción de la escalera energética no describe adecuadamente la realidad chilena, estándares de acceso a la energía deben ser ajustados al país y es preciso visibilidad la calidad energética y no solo aspectos de equidad y acceso a la energía.